VALIENTE...

 

EVANS

Quiero hablarte un poco de mi pasado, no es como esas historias que realmente dejan mucho de qué hablar, la mía es una más de las muchas que existen, sin embargo es especial para mí.

Hubiera deseado una infancia diferente, pero la vida tenía otros planes para mí, desde muy pequeña fui muy querida por mis abuelos y mis padres, pero las cosas cambiaron al cumplir ocho años, escuchar pelear a mis padres en las madrugadas era frecuente, lo sé porque estuve ahí escuchando debajo de la frazada de la cama, mi padre enojado gritaba que yo no era su hija que no podía serlo, que sus hijos no son enfermos, pues padecía de un trastorno de conducta que me había llevado a arrancarme el cabello. Las horas pasaban y cada noche ahogada en mi llanto me quedaba dormida hasta la mañana siguiente.

 Seguramente te preguntaras si mis padres buscaron alguna solución, pues si hicieron tanto que se cansaron, me llevaron con muchos doctores, naturistas e incluso con curanderos, invirtieron mucho tiempo en mí que se olvidaron de mis hermanos, los meses pasaban las cosas continuaban a veces mejor y otras peor, mi madre lloraba a escondidas pidiendo ayuda a dios, yo la observaba de veces escondida detrás de alguna puerta, me partía el alma verla así, a esa edad poco comprendía lo que me sucedía o hacía, pero sabía que era mi culpa todo lo que pasaba en casa.

Pronto mi padre convenció a mamá de dejarme madurar con el tiempo y es así como fui aislada de su comunicación, mis hermanos hicieron lo mismo. Pase años luchando contra el trastorno, me aislé de  las personas, fui rechazada, me volví insegura de mi misma, me odie tanto que llegue a pensar que yo no merecía vivir.

Aprendí a valerme por mi misma, busque consuelo en Dios y los libros, entendí que mi vida estaba destinada a una meta que pronto hallaría, hoy tengo 21 años y soy más fuerte de lo que fui ayer, me he recuperado y mi pasado ha hecho de mí una mujer valiente, autónoma y de sueños.