UNA CARTA A YUAN... (El perdón nos hace libres)
Lunes
11 de mayo
Son
las 5 de la tarde la luz del sol como cada tarde entra por mi ventana dándole
un matiz diferente a mi rostro.
He
vuelto a mi cueva con mucha dificultad. Desde muy pequeña me tomaba un tiempo
para estar sola con un cuaderno escribiendo algún poema o copiando algunos
fragmentos que me gusten, era la única escapatoria que tenía ante las
discusiones de mis padres a causa de mi enfermedad. Con el tiempo ese momento de
soledad con mis letras y mis emociones ha tomado fuerza y hoy la denomino cueva
o meseta. Porque es el lugar donde más libre, humilde puedo ser y donde
encuentro la fuerza para seguir adelante.
Los
primeros días de este encierro viví en descansos desmedidos, en preocupaciones
vanas y actividades poco productivas. Durante las noches los recuerdos, las
culpas de un pasado negativo me impiden dormir. He estado analizándome,
estudiando las zonas de mi vida, explorando las diferentes situaciones a las
que me sometí y me encontré contigo.
Yuan
tenía un bello recuerdo de ti, aunque infantil, pero agradable para poder
escribirlo o contarlo, pero hoy todo lo rosa se ha tornado en gris… es
lamentable como las malas acciones pueden destrozar los momentos del ayer.
Han
pasado meses desde la última vez que conversamos. Tus palabras me han herido en
el alma, pero también me han abierto los ojos para darle más valor a la vida.
Aquella chica tímida que se sonrojaba cuando un chico le hablaba se fue, las
tontas historias que construyo desaparecieron con las mentiras de otros, cuando
su padre y sus hermanos la hicieron invisible de sus vidas, cuando atrapada en
la soledad busco consuelo en las manos equivocadas.
Me
duele, mis acciones porque le fallé a nuestro creador, te he fallado a ti y
sobre todo a mí. Quizás para otras personas esto sea de una fiesta más, aunque
no para mí, porque destroce el concepto de sexualidad, de amor. Te falté el
respeto como el ser humano que eres. Entiende que te valoro y te aprecio, me
niego a construir un muro entre nosotros.
No
tengo amigos y mucho menos amigas, y nos es porque no los quiera pero mi
esencia como persona se niega a ser parte de grupos donde estén inmersos de
temas sucios, vicios descontrolados, emociones de amargura, etc. Me ha costado
aceptar que soy diferente a las demás, mis sentimientos, mi forma de ver la
vida siempre fueron una pelea para otros. Mas ahora serán la fuerza que me
impulsen a ser lo que desde niña divise.
“PERDÓN” por no ver más allá de tus ojos, por
olvidar el valor de tu existencia. Por crear una mancha en tu historia. Por
dejarme llevar por las circunstancias. Eres una persona maravillosa, de corazón
noble y humilde. ¡Mereces lo mejor! Y este suceso negro que sea un aprendizaje
para valorar el regalo del amor.
Equivocarnos
está bien, pero no aprender está mal. Por eso te escribo desde el corazón, con
la firmeza en mis palabras y la compañía de DIOS.
Cuídate.
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