Algo fugitivo...

Las 6 de la tarde era un momento sublime donde la recordaba,  los atardeceres eran testigos de los pensamientos prohibidos que nacían de él por aquella chica que un día acompaño sus pasos.

Con los ojos perdidos en un mundo libre que solo él podía concebir se aventuraba. Algunos árboles robustos que bailaban en el viento moviendo sus hojas al compás de una melodía pacífica, llenaban su mente de recuerdos.  Una historia fugitiva de corto plazo, se creó en el alma de aquel hombre que hoy en tardes frías y solitarias la recuerda.  

Ella nunca lo amo y él tampoco. Pero las emociones que sentía por ella lo hacían prisionero de deseos y verdades secretas. Hay mujeres y hombres que pasan por tu vida dejando al descubierto los  instintos más hondos que pueden albergar tu corazón. Este era el caso de este hombre, que se pasaba las horas luchando con sus impulsos.

La tarde de algún mes, en excesiva tranquilidad acaricio sus labios en breves segundos, el cometido de algo imposible había sido quebrado. La frustración de realizar algo incorrecto se esbozo en el rostro de ella y él feliz de sentirla diviso más momentos como aquellos, pero le fue breve crear instantes para los dos, ya que las palabras de ella cortaron vuelo a cada anhelo que vislumbro.

La distancia que ella puso entre los dos apaciguo las inquietudes atolondradas de aquel hombre. La realidad que pinto antes de concebir esas emociones por ella no le permitían dar continuidad a un cuento que pudo terminar en un final pertinente o trágico.  Hoy en ocasos reveladoras la recuerda y se conforma con solo recordarla.