un nuevo queso...
Sé que estos días han sido difíciles y que continúan siéndolos, me he despertado cada mañana con la esperanza de crecer, pero no ha sido así, me veo atrapada por el ocio, consumida por la rutina diaria de un descanso desmedido.
He vivido y vivo estos días apagada, no encuentro la luz en medio de la oscuridad que hay dentro de mí. Antes de pasar tanto tiempo en casa me había permitido soñar con el tiempo que tendría para realizar diferentes actividades, mas hoy no he concluido ninguna, e incluso algunas ni las inicie.
Me aterra tanto el mañana y saber
que no hice nada valioso por mi próximo. Estos días han sido alarmantes, llenas
de incertidumbre, miedo por el bienestar de las personas cercanas a uno,
reniego ante la abandono de muchas
personas que hoy están sin el consuelo o compañía de alguien y te recuerdo a
ti, en tu soledad espiritual pensando en el porvenir y las limitaciones que
tienes ahora por cumplir aquella responsabilidad que asumiste como padre, de
cuidar a tu familia.
Observo tu rostro cansado, tu mirar
angustiado y tu voz débil, veo la forma en la que intentas decirnos que todo
estará bien, pero dentro de ti existe la duda de ese juicio. Sé muy bien que
nuestra supervivencia está determinada por los días y que es dura la realidad
de ahora, pero aun así papá quiero compartir este episodio contigo, batallar
junto a ti.
Hacerte notar que detrás de ti hay una
familia que te acompaña y te dará esa fuerza que necesitas, no estás solo
tienes nuestro apoyo y oraciones cerca tuyo, quiero invitarte a mirar cada día
con la esperanza de un nuevo día, con la fortaleza que solo dios nos puede
brindar. Seamos optimistas y perseverantes para desligarnos de estos sucesos
negativos que sé que pronto se irán, porque después de la tormenta siempre sale
el sol.
Confió en ti papa.
Emiliana.
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