MAGNOLIA
¡Lo siento!
Pero no encontré otra salida, mas que bloquear todo lazo que pueda surgir
entre nosotros. Cada contacto es una prueba más para afirmar mi decisión, pero también
para destrozarla. La tentación al cuerpo casi siempre es fácil de romper, pero
no al del corazón.
Estos años a tu lado han sido infiernos sin razón, una corrupción aguda a
la serenidad del alma, una mentira a lo sentidos, que buscando vías se
perdieron en la nada. No sirvió de nada decir una vez más, cuando cada intento
se perdía en desaciertos. Afirmo que la costumbre puede llevarte a ambientes lánguidos,
por que eso paso, siendo persistente ante los ojos de la incertidumbre me perdí.
La puerta siempre estuvo abierta y con más frecuencia los últimos meses, cuando
a guerras internas luchaba por la inminente despedida. Juro que en un pasado prospero
no habría soltado tus manos, pero la vida no es un cuento de hadas, al igual
que tus letras y las mías que vomitan cada autor que fue fecundo a nuestras
voces. Pero quizás fueron esas líneas que hicieron posible la sucesión de nuestros
episodios.
Magnolia y los no me olvides, quedan en recuerdos y nada más. Aprecio los espacios de calidad, mas no las desventuras coloreadas por nuestros organismos. El mismo ente tuyo hace de mi un funeral, mas la ausencia de tu protesta a favor mío divulgan el vacío de tu sentir.
Y esta bien, entiendo te diré, que el invierno no se asemeja a la primavera, que nuestras letras son un caos de miradas y que la misma música que amas son debate.
Si hola no hubiéramos dicho jamás tendríamos que decir adiós. Ahora me toca decirlo lo que tú un día emitiste como verso...
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